La tauromaquia es la práctica de marear y matar a un toro, ya sea a pie o a caballo, basada en unas violentas técnicas y estilos de toreo. Incluye además todos aquellos espectáculos relacionados o vinculados con el toro, como el conjunto de tradiciones, fiestas y festejos populares, la cría del toro de “lidia” por parte de las ganaderías bravas o actividades diversas  como la confección de los trajes de torear, englobando incluso el diseño gráfico de los carteles taurinos o la literatura que se escribe sobre el tema. [1] A día de hoy, es sin duda un negocio que mueve mucho dinero e intereses. Ganadería, toreros, organización de corridas, bares, fabricación de utensilios, talleres de sastrería, venta de souvenirs, hostales y hoteles, entre otros negocios que obtienen beneficios económicos de esta actividad basada en el sufrimiento. Aún así, cada día este mal llamado arte declarado como Patrimonio Cultural en 2013, [2] depende más de las subvenciones estatales, autonómicas y municipales. [3]

La tauromaquia, en sus diferentes modalidades, está presente en Europa, donde se celebran corridas de toros tanto en el Estado español, lugar donde nació esta práctica y de la que se tiene constancia desde la Edad de Bronce [4] así como en el sur de Francia y Portugal.

En el resto del mundo encontramos otros lugares como México, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela [5] donde es una práctica común. También en lugares como China[6], Filipinas y Estados Unidos donde se celebra en menor medida. Además, existen otro tipo de festejos taurinos en otros lugares como son los toros a la Tica o fiestas de Zapote en Costa Rica [7], el Jallikattu o Eruthazhuvuthal en Tamil Nadu, India. [8]

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El toro

El toro de “lidia”, también conocido como toro bravo, es el macho de la familia de los bóvidos, seleccionado y criado para su uso y explotación en diferentes espectáculos taurinos, como las corridas o los encierros. Procede de la península ibérica y se caracteriza por unos instintos de defensa y temperamento, aspectos que se sintetizan en la llamada «bravura», así como atributos físicos tales como son unos cuernos grandes hacia delante y un potente aparato locomotor. [9]

calafellvalo/Flickr

Origen del toro de “lidia”

Existe gran controversia al respecto del origen del toro de “lidia”, ya que no responde a una cadena filogenética precisa y única. Las formas prehistóricas que dieron lugar a las actuales razas de lo que se conoce como ganado vacuno han desaparecido y las teorías que pretenden explicar la ascendencia de las mismas son muchas, de manera que hay varias hipótesis. Esto es algo común en las especies, subespecies o razas domesticadas, debido fundamentalmente a que la humanidad ha seleccionado positivamente las características más beneficiosas para si misma (que no tienen por qué concordar con las más beneficiosas para el individuo) y ha transportado a estos animales por todo el mundo a lo largo de la historia.

El antecesor común de las razas bovinas domesticadas (género Bos) fue el Uro o auroch (Bos primigenius), que habitaba en Europa en el periodo Pleistoceno (Era Cuaternaria) y que se fue extendiendo paulatinamente hacia el Mediterráneo. Este Uro era un toro de gran alzada, con dimensiones notables, entre 1 o 2 metros de altura y dotado de grandes cuernos. Su capa generalmente era negra, dotada de una franja blanquecina a lo largo del dorso y pelo blanco y rizado entre los cuernos. Los ganaderos españoles crearon “la raza de lidia” con los mismos procedimientos zootécnicos que han sido aplicados en otras razas: el cruzamiento y la consanguineidad. [10]

Entre quienes defienden la tauromaquia, uno de los argumentos más frecuentes es que sin corridas, los toros de “lidia” se extinguirían. Sin embargo, este razonamiento es fácil de desmontar ya que este tipo de toros son en realidad animales mestizos, individuos más grandes, con un aspecto más impresionante y con mayor bravura que han sido seleccionados genéticamente durante generaciones. [11] Además, al margen de los debates sobre si el toro de “lidia” es en sí una raza o no, ningún argumento es válido si se basa en el sufrimiento y la tortura de los individuos por el mero hecho de perpetuar una tradición.

Comportamiento y psicología del toro

En libertad, las vacas y toros pueden llegar a vivir unos quince años. Disfrutan en tranquilidad, cuidándose y queriéndose, pastando en sus lugares favoritos y tomando el sol. Son animales muy sociables y les gusta pasar tiempo con otros individuos de su especie, los cuales son diversos en personalidad y preferencias: tímidez, sociabilidad, despreocupación o desconfianza varían totalmente. Cada vaca o toro puede reconocer a más de cien individuos diferentes y eligen líderes de sus grupos basándose en la inteligencia que demuestran. Estudios de la Universidad de Bristol mostraron que las vacas y los toros tienen amistades más íntimas y otras menos íntimas al igual que tenemos las personas humanas, y cuidan y lamen a quienes quieren o a las vacas o toros con quienes tienen confianza. Además cuando se alimentan o descansan suelen sincronizarse mutuamente para hacerlo a la vez. [12]

Los toros y vacas son animales que pueden recordar acontecimientos durante un largo periodo de tiempo. Tienen una gran memoria espacial y pueden recordar rutas migratorias, lugares donde encontrar agua o las mejores zonas de pasto donde comer, así como dónde dejaron a su ternero mientras pastaban. [13] Multitud de voces expertas en comportamiento animal aseguran que las complejas vidas sociales que establecen esos bóvidos entre ellos y su memoria hacen que sean capaces de tener amistades durante toda su vida, así como enemistarse y mostrar recelo con aquellos animales que les han tratado mal o le han hecho daño a alguien de su grupo cercano. También tienen la capacidad de preocuparse del futuro, de lo que ocurrirá con sus vidas, con sus familias y con sus crías.

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Los sentidos del olfato y oído están muy desarrollados en estos animales. El menor ruido que se haga en la dehesa o en la plaza pone en guardia a la res, cuya actitud expectante demuestra su inquietud. El olfateo facilita su relación con el resto de la manada: a través del olfato, una vaca puede reconocer a su cría del resto de la manada, un becerro puede localizar a su madre si se pierde y el macho conoce la época del celo en las hembras. [14] Sin embargo, el sentido de la vista no lo tienen tan desarrollado como los demás, a pesar del falso mito que gira en torno al color rojo que provoca que el toro embista. El toro no ve entre medio metro y uno de distancia, ni tampoco distingue el espectro de colores.  Por tanto, cuando el toro embiste el capote del torero se debe al movimiento brusco y rápido. Además, por instinto asocia estos movimientos al peligro, así que una tela agitada con violencia frente a sus ojos provoca una fuerte reacción, que hace que se enfrente al estímulo. [15]

Los toros, como todos los rumiantes, no están preparados para atacar sino para huir de los depredadores. En manada nunca embisten, siempre huyen, ya que son animales asustadizos y poco dispuestos a la lucha. Cuando se ve solo y está cercado y acosado, sin forma de huir, lo cual le produce un gran estrés, entonces utiliza la única defensa de la que dispone, las astas. [16]

Estos animales necesitan largos tiempos de reposo cada día para volver a masticar e insalivar los alimentos previamente ingeridos, por lo que su naturaleza es tranquila. Sin embargo, en las ganaderías se seleccionan artificialmente aquellos animales hipersensibles para la acometida, haciendo del toro bravo un ser anormalmente nervioso, al que además se le somete a persecuciones y ataques a lo largo de su vida para incrementar su respuesta, incitando así a la bravura.

Los toros son animales bastante emotivos y los actos de la imaginación y percepción son fenómenos psíquicos que efectúan continuamente. Pueden sentir simpatía o antipatía por lugares y personas, lo que los ganaderos llaman querencias [17] y que muchas veces entra en juego a la hora de torear. La simpatía va asociada a sensaciones gratas que el animal haya vivido y exterioriza las emociones a través de actitudes o gestos que constituyen su forma de expresión. A estas actitudes y gestos se suma la comunicación que lleva a cabo con su mugido o bramido; este tiene múltiples modalidades de intensidad y tono, expresando desde el amor maternal de la madre que llama al ternero, a celos, demanda de ayuda, o el dolor que les produce una herida. [18]

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Los caballos

Al hablar de tauromaquia, la atención se centra en el sufrimiento del toro por ser éste la víctima intencionada. Sin embargo, caballos y mulas también participan y sufren en los festejos taurinos. Podemos diferenciar a los caballos de los picadores, los caballos de rejoneo y los caballos o mulas que arrastran al toro derrumbado, muerto o agonizando. Además, los caballos también se usan en las tientas que se hacen en las ganaderías y en otros festejos taurinos.

En las corridas de toros, los picadores pinchan al toro desde el caballo, algo muy doloroso para el astado. En pánico, el animal ataca a lo que tiene enfrente, en este caso al caballo. El caballo suele vestir una manta protectora pero a menudo es dañada por los cuernos del toro y alcanza con sus astas el cuerpo del caballo. Cuando esto pasa, las consecuencias son dramáticas y el caballo muere en la plaza o si no, suele ser sacrificado posteriormente.

Cuando el caballo no resulta malherido, la corrida sigue siendo una fuente de mucho estrés. Con los ojos vendados y desorientado, el equino no puede huir y tampoco ve de dónde viene el peligro, cayendo a veces al suelo tras las embestidas del toro.

ben Goodnight/Flickr

En los rejoneos o corridas de rejones en las que se torea desde el caballo, el caballo no viste la manta protectora y tampoco es vendado, así que puede ver todo lo que ocurre.

Dependiendo del tipo de corridas en las que será utilizado el caballo, será entrenado antes para aprender a negar ciertos impulsos, como en el rejoneo, donde aprende a no huir del toro. [19]

Caballos y mulas se utilizan también para retirar a rastras, el cuerpo del toro tendido en la plaza después de la corrida. A menudo el toro aún vive, pero está totalmente paralizado y no puede moverse.

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Ganaderías bravas

La ganadería brava es un tipo de explotación agropecuaria extensiva destinada a la crianza y explotación de ganado bovino comúnmente conocido como el toro de lidia. Se desarrollan únicamente en países con arraigo y tradición taurina como en el Estado español, Portugal o México, entre algunos otros. La cría del toro bravo en el caso del Estado español es tan antigua como los espectáculos taurinos celebrados en este territorio.

Este tipo de ganadería se desarrolla en espacios cerrados conocidos como fincas, en los que el toro se cría en condiciones de semilibertad y en régimen de manadas. [20] Cada ganadería genera tres rasgos distintivos: la señal, el hierro y la divisa.

  • La señal consiste en el corte de la oreja, que se hace sin anestesia a pesar de que puede suponer el corte casi total de la oreja, dejando apenas el pabellón auditivo. Antiguamente la señal se hacía en diferentes puntos del cuerpo del animal. En unas se daba un corte en la papada de la res, en otras señalaban en la cara haciendo una incisión por encima de la nariz del becerro, que con el tiempo la parte de la piel desprendida formaba una especie de borla, pasando a ser conocidos como los toros del pinganillo, y en otras se cortaba al becerro el rabo. Hoy en día algunas de las señales principales son la “punta de espada” que consiste en cortar la oreja en sentido hacia fuera; la “muesca” que es un corte pequeño en la parte superior, desprendiendo todo el cacho; “la puerta” que es ese mismo corte en la parte inferior en forma de arco, sin desprender el pedazo; “la horquilla u horqueta”, rajando la punta de la oreja o el “zarcillo” que es un desprendimiento en la parte inferior de la oreja, cuyo cacho queda pingado; entre muchas otras.
  • El hierro es la marca a fuego que se hace sobre la piel de las reses todavía jóvenes. Se graba sirviéndose de un hierro candente, para que quede en ellas una huella indeleble del propietario al que pertenecen. Durante esta operación de herrar, que suele realizarse cuando el becerro cumple un año de vida, se aprovecha para grabar también a fuego sobre la piel de la res el número que la identifica dentro de su propia vacada, así como la última cifra del año en que ha nacido.
Richard E. Ahlborn (Fotógrafo)
  • La divisa son las cintas de uno o más colores que, sujetas a un arpón, se clavan a los toros en el morrillo momentos antes de salir a la plaza. [21] Según la legislación vigente en el Estado español y la Unión Europea, los toros bravos se someten al mismo control sanitario que el resto de explotaciones de vacuno extensivo, para garantizar así la “calidad” del uso de su carne para el consumo humano.

La ganadería busca la creación y conformación de un tipo de toro que responda en su comportamiento a los requisitos de la lidia en la plaza de toros. Para ello, se tienen en cuenta los libros propios de la ganadería donde, de acuerdo con la genética, se seleccionan sementales y vacas para relacionarlas entre sí, procurando que se ajusten lo máximo posible a los criterios de reproducción y que permitan conservar las características y comportamiento que se  crea oportuno desde la óptica de la ganadería.

Dentro de las propias fincas suele haber una plaza de tientas, donde se selecciona a las hembras de cada camada y a ciertos machos simulando las fases de la lidia: toreo de capote, tercio de varas y toreo de muleta. En caso de duda, o al paso de los años, aquellas vacas que hayan superado la fase de selección pueden ser sometidas a una retienta. Lo mismo que los machos, que son seleccionados, en algunos casos, no en la plaza de tientas sino mediante el ejercicio ecuestre del acoso y derribo pasando, posteriormente, de superar la selección a la plaza de tientas para ser lidiados. [22]

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Normativa y bienestar

Nos gustaría resaltar la contradicción de la normativa referente a los espectáculos taurinos. Según el artículo III-121 de la Constitución europea: “los animales son seres con capacidad de sentir emociones y los países de la UE deben poner el máximo empeño en proporcionarles unas buenas condiciones en relación al bienestar, pero respetando ritos religiosos y tradiciones culturales”. En el caso del toro de lidia, se encuadra dentro de este último punto, donde habiendo caso de choque entre ambos aspectos, prevalece la tradición cultural. [23] Es también importante saber que en todos los festejos taurinos que no se basan en la muerte pública del toro, obligatoriamente y por ley, se mata al animal sin presencia del público. Esto es algo desconocido por muchas personas que apoyan festejos taurinos sin muerte pública de animales, como encierros, recortes o toreo cómico.

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Corridas de toros

El escenario principal donde se desarrolla este sangriento espectáculo es la plaza de toros, recinto cerrado se realiza la faena en tres partes, conocidas como tercios en el argot taurino, y dos suertes (de capote y de muleta). Cada faena suele durar veinte minutos y una corrida entera dura en torno a las dos horas, ya que normalmente son sacrificados seis toros. [24]

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Antes de entrar en el ruedo

Siempre se ha dicho que los toros y los caballos sufren manipulaciones antes de entrar en el ruedo para asegurar que el espectáculo sea del agrado del público, es decir, con toros bravos pero demasiado mareados para que logren matar a los toreros. De hecho, diferentes profesionales de la veterinaria han constatado en su día este tipo de manipulaciones encaminadas a incrementar la agresividad de los toros más mansos y reducir la peligrosidad de los más bravos, como el uso de sustancias dopantes como Flunixin, sustancia miorrelajante que sirve, por ejemplo, para ocultar cojeras o Fenilbutazona, un producto anti estrés que tranquiliza y adormila a los toros. [25]

En la legislación vigente se hace mención explícita a estas manipulaciones, tanto de toros como de caballos, de forma recurrente, prohibiéndola y obligando a controles veterinarios antes y después de la lidia. [26]

Antes de salir al ruedo, el toro es encerrado en el toril, un cajón oscuro en el que el animal espera a salir y donde comienza el miedo y la desorientación. Antes de que salga al ruedo se le clava la divisa (arpón de puntas aceradas con una tela de colores que marca la ganadería de la que proviene). El dolor producido por la divisa y el encierro en la oscuridad hacen que el toro salga al ruedo al galope, lo que se interpreta como una actitud desafiante cuando  en realidad, lo que sucede es que el animal, asustado, busca huir de lo que le está provocando dolor.

La lidia

La lidia se divide en tres partes denominadas tercios: el de picar o de varas, el de banderillear y el de matar.

  • Durante el primer tercio, o tercio de varas en el argot taurino, el toro es mareado a capa con el fin de ver las cualidades físicas y el comportamiento del animal. Después de este tanteo, salen los picadores a caballo y se valen de las varas, (compuestas por un lado de una vara, una puya piramidal encordada al palo una cruceta y el rejón o puya) que penetran y pinchan en  el lomo del animal. El número de puyazos que el picador puede realizar al toro queda a criterio del diestro. En las plazas de primera categoría es obligatorio que realicen dos puyazos como mínimo, mientras que en las plazas restantes es obligatorio al menos uno. El puyazo consiste en pinchar la puya sobre el morrillo del toro, parte superior y más abultada del lomo del animal.
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  • A continuación llega el tercio de banderillas, característico por el uso de banderillas, un instrumento de tortura que termina en afilados arpones metálicos de cinco a ocho centímetros de largo, dependiendo del color de las banderillas. Los banderilleros clavan estos arpones en las heridas de los puyazos o cerca de ellas. A cada movimiento del toro, las banderillas se mueven haciendo que los arpones perforen y desgarren cada vez más la carne, aumentando la hemorragia y  rematando la labor que inició el picador. Además del desangrado necesario para que el toro vaya perdiendo fuerza, el dolor que le producen todas estas heridas y el destrozo de los músculos del cuello, es lo que obliga al toro a agachar aún más la cabeza.
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  • El último tercio es el final de la lidia y llega con la muerte del toro, clavándole una espada de 88cm cerca de las vértebras para lesionar el corazón o algún vaso sanguíneo importante, perforando habitualmente un pulmón. Esta perforación provoca que los toros escupan o vomiten sangre cuando tienen la espada clavada. El tercio de matar es el único que tiene límite de tiempo. Una vez iniciada la faena de muleta, el torero cuenta con diez minutos para completarla y darle muerte a toro. Transcurrido el tiempo sin que el astado haya fallecido, sonará un primer aviso mediante un toque de clarín ordenado por el presidente de la plaza. Tres minutos después suena un segundo aviso, y dos minutos más tarde el tercero y último, tras el cual, si el toro sigue en pie, el diestro y los subalternos se retiran del ruedo tras la barrera y la res es devuelta a los corrales o es apuntillada. Si no se logra la devolución del toro a los corrales, o bien no es apuntillado, el presidente de la plaza puede ordenar al matador del siguiente turno se encargue de dar muerte a la res empleando el estoque o el descabello. Finalmente, una vez que el toro se ha derrumbado se le clava la puntilla, un puñal con el que se secciona la médula espinal a la altura de las vértebras atlas y axis.
Kalin Nikolov Koev/Flickr

Si la calificación de la faena realizada por el matador es positiva, se pueden cortar las orejas y el rabo del toro. El corte de las orejas se lleva a cabo a veces con la cabeza del toro aún viva, con el cuerpo paralizado pero no muerto, ya que la puntilla ha seccionado la médula de cuello para abajo, por lo que el toro puede sentirlo. En escasas ocasiones, los toros son perdonados cuando, según el presidente, el animal haya sido extraordinariamente valiente. A esto se le denomina indulto.

Las graves heridas internas y externas de los toros indultados son atendidas para ser posteriormente utilizados en la crianza de nuevos toros. Estos animales sufren dolor y traumas de por vida, por lo que el indulto solo alarga la agonía y no debe verse como algo positivo ni una muestra de sensibilidad; se indulta para que sus genes pasen a una descendencia que será utilizada en nuevas corridas de toros, para que el ganadero pueda tener más animales que den el perfil bravo y agresivo que buscan en la lidia.

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Otros tipos de festejos

Más allá de las corridas de toros convencionales, los tipos de festejos donde se utiliza, humilla, masacra y asesina al toro son muy diversos, desde encierros hasta capeas, becerradas o novilladas realizadas por afición, de manera no profesional. El número de festejos taurinos populares crece en el Estado español mientras disminuye el de corridas y toreo profesional. [27]

Novilladas

Son similares a las corridas pero la diferencia es que los toreros aún no son profesionales, o como se dice en el argot taurino, aún no han tomado “la alternativa”, acto por el que un novillero pasa a ser considerado matador de toros y convertirse en matador profesional. Además, los toros usados en las novilladas no son todavía adultos, teniendo entre tres y cuatro años de edad.

Rejoneo

Es la forma de torear que se realiza a lomos de un caballo. Durante el siglo XVII vivió su momento álgido y se realizaba por caballeros y nobles, cayendo en desuso durante el siglo XVIII a favor de la lidia a pie, sentando así las bases del toreo moderno como lo conocemos a día de hoy. Pero durante el siglo XX esta modalidad se recuperó, siendo actualmente uno de los espectáculos más solicitado por el público. [28]

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Becerradas

También conocidas como capeas, son un tipo de festejos donde toros de un año o varios meses de edad, a los que ni siquiera les han crecido los cuernos, son toreados y matados por aficionados. Suelen ser muy comunes en fiestas de pequeños municipios donde los quintos o vecinos del pueblo son los encargados del ritual de violencia, sangre y muerte. [29]

Toreo cómico

Variante de la tauromaquia también conocida como toreo bufo o charlotada con tintes cómicos, que consiste en torear en un ambiente de broma creando un espectáculo dantesco donde el único que no se divierte es el animal. Este tipo de toreo ha sido desarrollado principalmente por toreros con enanismo y gozó de pasados días de gloria con un espectáculo conocido como el bombero torero, personaje pionero en este ámbito y que aún sigue vigente tras su jubilación, aunque no de una forma tan aclamada como antes. [30]

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Recortes

Es una modalidad basada en la mayoría de los casos en concursos donde se provoca al toro o a la vaca con el fin de esquivarla cuando embiste. Se realizan saltos, recortes y piruetas sobre el animal sin ningún tipo de capote o protección, aunque sí se puede usar palos (garrochas) u otros instrumentos. [31]

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Encierros

Consisten en correr delante de una manada no muy numerosa de toros, novillos o vaquillas, entre los que puede haber cabestros, bueyes mansos que la dirigen. Normalmente los encierros se celebran en un recorrido urbano en el que hay un vallado (talanqueras) o un doble vallado que se instala todas las mañanas mientras dura la fiesta. Los seis toros que lo corren son los mismos que se lidian por las tardes en las corridas.

Los encierros más famosos del Estado español son los Sanfermines,  celebrados en Pamplona durante las fiestas de San Fermín (6 al 14 de julio), siendo junto a los Encierros de Cuéllar Fiesta de Interés Turístico Internacional. [32]

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Festejos taurinos en el Estado español

Son muchas las diferentes formas de divertirse a costa del toro, de su sufrimiento y de su muerte. También son numerosos los países que albergan en su seno festejos taurinos de diversa índole, pero en este caso nos centraremos solo en los del territorio español. El número de festejos taurinos populares asciende hasta 15.000, cifra que cada año va en suave aumento, mientras que las corridas de toros tradicionales descienden levemente. [33]

Por primera vez en la historia  y a causa de la pandemia, en 2020 por causa del COVID-19, se cancelaron más de 70 festejos taurinos solo en el Estado español, algo insólito hasta la fecha. [34]

Bous al carrer

También llamado correbous, es una fiesta taurina popular típica, donde se sueltan, conducen, torean o recortan las reses bravas sin que exista lidia de las mismas, es decir, toreo profesional. Este tipo de festejos se practican en muchos rincones de la Comunidad Valenciana y de las Tierras del Ebro en Cataluña, siendo parte de las fiestas más populares de muchos de sus pueblos.

Toro de fuego o toro embolado

En esta modalidad de festejo similar al correbous se coloca al toro una estructura metálica en cada uno de sus cuernos, con dos bolas de estopa encendidas en la parte superior, y se le suelta en una plaza o en calles cerradas.

Ajuntament De Vilamarxant/Flickr

Toro ensogado

Festejo taurino en el que el animal es conducido por las calles de la ciudad mediante la utilización de sogas o cuerdas sujetas al astado a través de aperos o badanas, sin que, necesariamente, la zona autorizada para su recorrido se halle cerrada.

Cosasdebeas/Wikimedia Commons

Bous a la mar

Tiene lugar en una plaza abierta en el mar situada en el puerto o en las playas de las localidades donde se celebra. Se celebra en varias localidades de Cataluña y la Comunidad Valenciana destacando Benicarló, Les Cases de Alcanar, La Ampolla o Dénia.

Toro alanceado o toro de la vega

Evento taurino de origen medieval que se celebraba en Tordesillas en el que un toro era alanceado hasta la muerte. El toro salía por las calles de la localidad y cruzaba un puente donde se terminaba el entorno urbano y se enfrentaba a un horrible destino. A partir de ese punto, le esperaban caballistas y personas provistas de lanzas que no paraban hasta matarle a través de un espacio acotado de la amplia vega que se extendía al otro lado del rí­o. Más de cien lanceros acosaban al animal por el campo dándole lanzazos hasta lograr su muerte.

El 19 de mayo de 2016, la Junta de Castilla y León aprobó un decreto-ley por el que quedaba tajantemente prohibida la celebración del Toro de la Vega en sus términos actuales, no permitiéndose ni la muerte ni el alanceamiento del toro. Con esta nueva normativa, es el Ayuntamiento de Tordesillas quien decide cómo finaliza el Torneo, siendo un encierro por el casco urbano llegando hasta la vega del río Duero pero sin alanceamiento. [35]

Este tipo de festejo se ha conseguido prohibir gracias a la presión de activistas y gente que ha mostrado su rechazo durante muchos años de lucha y manifestaciones.

Informática -PACMA/Wikimedia Commons

Toro de coria

En Coria (Cáceres) se celebraba este tipo de festejo taurino por las fiestas de San Juan. Tradicionalmente, los vecinos de este municipio elaboraban unos dardos con alfileres y un cucurucho de papel y los escupían con cerbatana sobre la piel del toro, o sobre los testículos, que una vez abatido, se los cortaban. Desde 2009 se prohibieron estas prácticas tan atroces. [36]

Aunque actualmente se sigue luchando por acabar definitivamente con este tipo de festejo, donde el animal muere de un disparo en la vía pública en presencia de vecinos y autoridades, sigue siendo una fiesta declarada de Interés Turístico Nacional. [37]

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