Los zoolóogicos son lugares donde se encierra a otros animales para su exposición y crianza, con fines supuestamente de entretenimiento, didácticos y de conservación.

Según la Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios, estos lugares tienen un papel fundamental en la conservación de las especies y medio natural; así como en la concienciación y educación del público. [1] De esta manera, nos quieren hacer creer que los zoos son algo positivo y necesario. Pero ¿es esto realmente así?

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Captura y transporte

No todos los animales que viven en el zoo han nacido allí; muchos de ellos han sido capturados de su hábitat natural. Éstos padecen un gran sufrimiento al ser atrapados, separados de sus familias y abandonar su entorno, además que tener que soportar el traslado y llegar hasta el zoo. Pero la captura no solo afecta a los animales apresados, también a sus familias; pues una gran parte de los animales mamíferos tienen vínculos sociales y familiares complejos, y notan la ausencia de uno de los miembros de su grupo llegando a veces a causar depresión, estrés o desorientación en ellos.

Las técnicas de captura varían en función de la especie a la que se quiere atrapar. Para los animales mamíferos terrestres se utiliza por ejemplo la sedación a través del disparo de un tranquilizante o las trampas, lazos y jaulas con cebo (en muchos países esto ya está prohibido). [2] Evidentemente estos métodos acarrean graves consecuencias; en el primer caso, junto al estrés, ocasiona deshidratación, náuseas, vómitos, cefaleas, reacciones alérgicas e incluso la muerte si el sedante no es administrado en la dosis adecuada; En el segundo caso, heridas y fracturas en todos los animales que caen en ella (no siempre son los que el zoo quiere).

Tras la captura, llega el angustioso traslado al zoo, en el que el porcentaje de muertes es superior al de la captura. Los animales tienen que permanecer en pequeños espacios en los que apenas se pueden mover, sufrir los cambios repentinos de temperatura, hambre, sed, bruscos movimientos y golpes.

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Nacidos en cautiverio

Quienes nacieron en cautiverio no corren mejor suerte, pues vivirán toda una vida de encierro sin poder vivir según sus intereses ni necesidades.  Para los zoos, la reproducción de los animales es importante porque disminuye la presión sobre la captura en las poblaciones salvajes, y además atrae a más visitantes ya que se empatiza más con las crías y los zoológicos acostumbran a hacer su publicidad alrededor del nacimiento de algún animal, y de paso se permite promocionar como instituciones conservacionistas dando así una imagen positiva falsa. [3] Cabe destacar que la reproducción dentro de los zoos no es algo frecuente ya que los animales están alejados de su hábitat natural y por tanto no se comportan como lo harían en la naturaleza. Es por ello que es habitual que el zoo opte por técnicas de fertilidad y concepción artificial, siendo aún así muy difícil la reproducción. [4] Esta es una de las causas por las que los zoos anuncian tanto el nacimiento de un nuevo animal; porque es algo inusual. Hay animales que se reproducen con más frecuencia que otros (venados, tigres, leones,…) y cuando éstos crecen y dejan de ser novedad y atractivos para el público, y por tanto dejan de ser rentables, los zoos los venden a ranchos de caza por ejemplo o a otros zoos más pequeños o de mala calidad, o los matan. [5]

El zoo suele presumir de que los animales viven más años en el zoo que en libertad ya que están bien alimentados y cuentan con cuidados veterinarios. Sin embargo esto no siempre es así; un estudio publicado por la revista Science en el que se estudiaron más de 4500 elefantas que viven en libertad en el Parque Nacional Amboseli de Kenia, otras que trabajan en la industria maderera de Birmania y ejemplares de zoológicos en Europa, ha concluido en que en los zoos la esperanza de vida de los elefantes en mucho menor que en libertad, una media de 17 años en cautiverio frente a los 56 años en libertad. Esto es consecuencia de la obesidad y del estrés (sobre todo en las elefantas más jóvenes al ser trasladadas de un zoo a otro). [6]

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La vida en el zoo

En el zoo, los animales deben adaptarse a un espacio artificial. En el caso de los capturados, pasar de un espacio vital antes casi ilimitado a uno de unos metros vallados. [7] Los felinos, por ejemplo, en libertad marcan su espacio vital y no permiten que este sea invadido por  otros. Sin embargo, cuando están encerrados esta característica deja de existir ya que se ven obligados a convivir con otros animales de su especie que no son de su familia en pequeños espacios. A mucho animales que viven en manadas muchas veces se les deja solos o con una pareja que no es elegida por el mismo individuo. Así, pierden sus instintos más básicos, como el de conseguir alimento; en el caso de los carnívoros pierden el de caza puesto que se les alimenta con carne muerta, y en el de los animales herbívoros en lugar de recorrer cientos de kilómetros para conseguir alimentos pasan a recorrer unos pocos metros y comer el compuesto alimenticio que se les da.

Además deben adaptarse a unas condiciones climáticas, para muchos de los animales completamente diferentes a las de su hábitat. Como es el caso de los osos polares o pingüinos en zonas como la Península Ibérica, que a pesar de crearles espacios artificiales imitando a los naturales, se alejan mucho de su realidad. Los animales tienen que adaptarse entonces a temperaturas mucho más frías o calurosas a las que sus cuerpos no están acostumbrados ni evolucionados. Esto provoca que en muchos casos estos cambios anulen los sistemas fisiológicos de los animales, que tienen graves consecuencia para ellos en cuanto a su bienestar. Otro de los instintos que pierden es el de reproducción, pues el apareamiento de los animales en cautividad es muy diferente al que se daría en la naturaleza; éste es estacional en la mayoría de los animales salvajes mientras que en los zoos el celo deja de estar marcado por las estaciones, de tal manera que la reproducción se podría llevar a cabo en cualquier momento del año. Aunque en la práctica esto no sucede debido al estrés y a la difícil elección de pareja, ya que en cautiverio no pueden elegir a su pareja y en muchas ocasiones solo se puede reproducir entre familia, lo que genera en muchos casos malformaciones en los fetos, abortos y deficiencias en los animales que nacen. Además, la fertilidad disminuye y los celos son pocos notorios.

Sus vidas también se ven afectadas por la presencia de las personas humanas. La mayor parte de los animales capturados, en libertad vivían ajenos a las humanas, pero tras su captura pasan a depender totalmente de ellas. Además, tienen que acostumbrarse a las numerosas visitas diarias que reciben, de las que no pueden ocultarse para que se les pueda ver bien, perdiendo toda su intimidad. Hay centros en los que además se ofrece la posibilidad de tocar a algunos de los animales, lo que genera un grave riesgo de transmisión de enfermedades desde el público a los animales, generando estrés y a veces causando daño. [8]

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Perpetuando el zoo

Son varias las excusas que utiliza el zoo para perpetuar una labor basada en la explotación animal.

  • Fines educativos: Se supone que el objetivo principal de los zoos es enseñar y educar sobre la vida de las distintas especies, sus comportamientos naturales, sus hábitats y conservación. Pero esto no es posible cuando los animales viven en estrechos espacios artificiales donde las condiciones que se dan son totalmente diferentes a las que se darían en la naturaleza y donde no se respetan sus necesidades naturales (alimento, territorio, emparejamiento, etc.) [9].
  • Conservación de especies: Una de las mayores excusas que utiliza el zoo para justificar el encierro, es la conservación de especies que se ven amenazadas o en peligro de extinción. Según dicen, mantienen a las especies en peligro en cautividad hasta que las causas de amenaza sean remediadas para luego introducirlas en su hábitat, que se reproduzcan y generen poblaciones sanas. Sin embargo, los proyectos de reintroducción son tremendamente complejos y delicados. Tan solo unas 20 especies en el mundo han sido reintroducidas en su hábitat natural con cierto éxito (el 80%, herbívoros) y no provenientes de zoos, sino de centros científicos de cría especialmente destinados a esta finalidad. [10] Está claro que es difícil, pero no imposible, y no solo no es una excusa, sino que además hay numerosos ejemplos de animales dependientes del ser humano que han podido adaptarse a la libertad. En el documental A Fall from Freedom, Ric O´Barry (ex entrenador de delfines) [11] declara que, en el caso de los mamíferos marinos, resultaría más barato y más fácil llevar a cabo un programa de reintroducción en el medio natural, de lo que resulta capturarlos y adaptarlos a la vida en cautividad. Lo más probable es que eso sea así también para otras especies. Es decir, que si a los zoos realmente les interesara la liberación de los animales, centrarían todos sus fondos y esfuerzos en eso, en lugar de mantener a los animales en cautividad y hacer una “labor de conservación” simbólica, aludiendo a una hipotética futura libertad.

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Otras víctimas

No solo los animales que son expuestos tienen que sufrir las consecuencias del zoo. Hay otros animales que también son explotados indirectamente para que éste pueda continuar. Animales como conejos, ratones o pollos son criados y asesinados para alimentar a los animales que viven encerrados.

Dejando atrás los zoos

Si tienes interés en saber más sobre los demás animales, no acudas al zoo ni a ningún otro sitio donde los expongan o utilicen. Existen muchas fuentes alternativas de información que no conllevan el sufrimiento de ningún animal, como los documentales, libros, revistas o Internet. Puedes ayudar informando a la gente sobre esta realidad para que dejen de asistir a sitios como este. Es importante también preservar los espacios naturales y sus hábitats, y sobre todo respetarles.

En los últimos tiempos vemos como surgen nuevas iniciativas como la de miles de personas en Francia que recolectaron el dinero para comprar un zoológico y convertirlo en un centro de rehabilitación con la intención de liberar a más de 500 especies que lo habitaban. [12] O la de ZOO XXI en la ciudad de Barcelona que surge con la intención de cambiar el modelo actual de zoológico, incluyendo el Centro de las 3Rs (rescate, recuperación y reubicación), en el que se dará cobijo y asistencia a animales heridos, incautados de tráfico ilegal o abandonados, entre otras propuestas. [13]

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