La utilización de cuerpos de animales no humanos para vestirnos, engalanarnos o decorar nuestros hogares es una de las formas de explotación animal más antiguas. Ya estemos hablando de pieles, plumas, lana, seda, marfil, perlas o acuarios, esta práctica conlleva amplias consecuencias negativas para los animales no humanos.

Este sitio web utiliza las cookies mínimas necesarias para poder funcionar. No rastreamos ni guardamos información sobre el visitante.

Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies